29 Ago 2016
Autor: International Centre for Prison Studiesdocumenta
Las reclusas constituyen una pequeña minoría en todos los sistemas penitenciarios; sin embargo, las cárceles de mujeres se ven afectadas por los mismos problemas que enfrentan todas las prisiones.
Las reclusas tienen un perfil y necesidades bastante diferentes a los hombres.
El reducido número de reclusas puede tener como consecuencia que estén encarceladas lejos de sus hogares y que les resulte difícil mantenerse en contacto con sus familiares.
Las cárceles de mujeres a menudo son pequeños edificios improvisados, equipados con menos instalaciones que las prisiones para hombres.
Las reclusas por lo general presentan un bajo riesgo de seguridad, pero se las suele encarcelar en prisiones con un nivel de seguridad más elevado de lo necesario.
A menudo las reclusas han sido objeto de violencia y abusos en sus vidas personales.
Aunque los instrumentos internacionales de derechos humanos exigen que las mujeres estén separadas de los hombres y sean supervisadas por mujeres, son comunes los casos de abuso sexual, acoso y humillación.
Las prisiones de mujeres necesitan políticas para la atención de las reclusas embarazadas y de los bebés y niños de las madres encarceladas.
Para mejorar las prisiones de mujeres se requiere una mejor atención sanitaria, mayor protección contra el acoso sexual, mejores medidas para los niños y las visitas familiares, y programas relevantes de educación y capacitación.
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